Y el poeta escribe y el pincel revuela,
dibuja sonrisas, pasiones, quimeras
cobija el otoño y a la primavera
reviste de encantos con sus acuarelas.
Aimée Granado Oreña, escritora y poetisa cubana, nacida en la ciudad de Matanzas, provincia de artistas consagrados, bien llamada Atenas de Cuba. Conocida como Gota de Rocío Azul en Foros Internacionales de Poesía Hispanoamericana.
Cursó sus estudios universitarios en la bella isla del Caribe, para graduarse en Ciencias Económicas con un excelente desempeño como estudiante.
Ejerció su profesión combinándola con la hermosa misión de educar e instruir como profesora del Instituto de Economía en su amada ciudad. Emigró a los Estados Unidos de América en el año 2006 y desde entonces comenzó a cultivar el arte que dominó su espíritu insaciable y creador.
Yo también soy de suspiros
que se riman con mis letras,
de pasión fluyo cual río
y me ahogan las tristezas.
Siento el susurro divino
de la inspiración que llega,
admiro el trino del verso
en el murmullo poeta,
que sucumbe sus olvidos
al soñar la primavera.
La poesía es más que pasión, más que el milagro, más que un azar en nuestras vidas.
La poesía es la hacedora de nuestros senderos, quien transforma el detalle en imagen
del alma y danza el romance del corazón.
El andar construye las historias, los senderos se iluminan con el denuedo, el brío, la entereza.
Esas huellas que dejan las palabras alimentan las esperanzas, que solo pueden materializarse
en el peregrino bregar del día a día.
Sonreír a los sueños irisados de esperanzas.
¡Lo mejor está por venir!
Siempre en el cielo brillará, después de la tempestad el arco iris de la alianza universal.
Amándote poesía
en mi revolar en versos,
se regocija el tintero
y se hilvanan melodías
Es el cantar que da vida,
transforma tantos silencios,
nos habla del sortilegio
del poeta con su musa,
en la sublime aventura
que recrea el pensamiento.
Conduce al bienestar cual paraíso,
rebusca en los azares el cansancio,
bien sabe que en lo bello y lo sensible
el reto no es un cielo imaginario
y entabla un batallar hombro con hombro
confiando al universo lo indecible.
Anida en el milagro
No entrega la esperanza sus caídas
ni arropa lo más crudo del desvelo,
bien sabe que la luz más que un anhelo
supera las penumbras escondidas.
Se arraiga a lo vital de nuestra esencia,
no infunde decepción ante el quebranto
e ilusa ante el pretexto de su encanto
revela su verdad sin apariencia.
Rebusca entre sus letras atrevidas
el rostro complaciente sin recelo,
anida en el milagro del revuelo
auténticas bondades compartidas.
No ofende al pensamiento que silencia,
se afilia a lo divino y a lo santo,
conoce del alivio que da el llanto
sanando soledad e indiferencia.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul
Amantes de sutilezas
como alondras peregrinas,
dejan sus huellas divinas
aliviando las tristezas.
Conocen de las riquezas
que fluyen sin egoísmos,
sin sombras ni fanatismos
con la más sublime esencia,
del verso que reverencia
la vida sin espejismos.