Inusitadas las musas
intrépidas sin pereza,
en mirífica belleza
o entre nostalgias confusas.
Son surtidoras ilusas
con disímiles encantos,
inspiran en los quebrantos,
palmotean entre albricias,
salpicando las caricias
que sanan los desencantos.
Llegan con nuevas promesas
y ramajes de esperanzas,
con desvelos y añoranzas
e insospechadas sorpresas.
Indiscretas van traviesas
sin importar estaciones,
conquistan los corazones
regalando amaneceres,
mosaicos de atardeceres
e insólitas sensaciones.
Amantes de sutilezas
como alondras peregrinas,
dejan sus huellas divinas
aliviando las tristezas.
Conocen de las riquezas
que fluyen sin egoísmos,
sin sombras ni fanatismos
con la más sublime esencia,
del verso que reverencia
la vida sin espejismos.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul