Y podamos entonces
Golondrina te llevas el proyecto de un alma,
la utopía guardada cual tesoro en su vida
tantas cosas, silencios, la palabra perdida,
el vigor, los anhelos, la ilusión y mi calma.
Golondrina me quedo con la musa olvidada,
ella vino en mi auxilio, prometió ser mi aurora,
la que imprima su huella como fiel preceptora
y aleccione e inspire esta fuerza apagada.
Golondrina, recuerdo la feliz primavera
la que fue el fiel remanso en las noches de luna
y cuestiono el desvelo que ignoró la promesa.
Hoy deseo que vuelvas con la osada franqueza,
que el ocaso no deje de mostrar su fortuna
y podamos entonces perseguir la quimera.
Aimée Granado Oreña Copyright ©
Gota de Rocío Azul