Cansada de su andar
Cansada de su andar cada mañana,
miraba su horizonte en la distancia.
Su paso entre la niebla aminoraba
y el ceño seductor de la alborada,
cantaba en el silencio su regreso
con suaves acertijos de añoranza.
La trova soñadora de una alondra,
se escucha entre la niebla desgarrada.
Ausencias lastimadas que se ignoran
y el paso cadencioso de miradas,
entonan el silencio con la alondra
cansada del trinar cada mañana.
El cielo tornasol del horizonte
festeja con el alba en la distancia.
Cansada de su andar en la algazara
del gozo trovador de la mañana,
alcanza en el suspiro del sinsonte
azares melodiosos de esperanzas.
Discrepa la distancia que desdeña
cual gélido crepúsculo del alba,
se aleja del dolor y la indolencia,
se aleja intolerante la amenaza
que canta en el cansancio de las penas,
el arpa surtidora de venganzas.
Cansada va su adarga justiciera,
broquel del corazón que le arrebata,
exhausta de lamentos que la alejan
del canto seductor de la mañana,
que besa en el azar cantos y versos
testigos de su andar cada mañana.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul