Sublime amor, un gran amor del bueno,
aquel que surte délfica su hoguera,
tórrido amor, de eterna primavera
que envuelve en su ternura el desenfreno.
Sublime amor que anima y desordena,
aquel que se extasía entre las horas
que fluye en el primor de las auroras
y exhibe su mirada más serena.
Sublime amor, pasión que multiplica
su intensa filigrana en lo divino,
la magia del valor, de lo genuino
que junto al corazón jamás claudica.
Aimée Granado Oreña ©
Gota De Rocío Azul