Si acaso está prendiendo fuego la almenara
y el musgo recordando otoño en el jardín,
habrá de así prenderse amor por si asomara
el rostro del deseo calando su confín.
Acaso esté gozando el fruto del empeño
y el claro desafío obrando en su bregar,
habrá de así sentirse el día como dueño
de toda la añoranza que invita a caminar.
Si acaso está donando arpegios la mañana
y un canto de esperanza invade al universo,
entonces prendería su calidez temprana
el flujo de la tinta escudriñando el verso.
Y al menos el abrazo se prenderá de anhelos
y colgará la vida su intenso torbellino,
más allá del cansancio serán fieles desvelos
los que lleven consigo sin dudas lo genuino.
Aimée Granado Oreña
Gota de Rocío Azul