Eres tú mi confidente
quien me escucha vehemente.
El que mira desde el alma
y puede gozar la calma,
cuando el hastío desalma
en impetuoso torrente.
Eres tú mi confidente
quien me escucha vehemente.
El que junto a mí camina,
con la sonrisa genuina
y esa verdad que ilumina
radiante e intensamente.
Eres tú mi confidente
quien me escucha vehemente.
El que mis noches perdona
y al amor no condiciona,
porque el verso le apasiona
cuando llega irreverente.
Eres tú mi confidente
quien me escucha vehemente.
El que conoce mi historia
y atesora en la memoria,
el declive y la victoria
con su sentir concluyente.
Eres tú mi confidente
quien me escucha vehemente.
El que recrea en el monte
el verdor del horizonte,
cuando se escucha el sinsonte
trinando tan dulcemente.
Eres tú mi confidente
quien me escucha vehemente.