Vuelve la musa cada mañana
llena de aromas, libre en su vuelo
y apasionada vive el anhelo
que le acaricia su tez lozana.
Llega entre luces la soberana,
súbitamente trina su arpegio
siente que late en el verso egregio
lo más profundo, tierno y genuino,
de lo sublime, de lo divino
que hace la magia cual sortilegio.
Viene de prisa fiel andariega
con la mirada de la esperanza,
sigue traviesa en su tierna andanza
y entre versales su amor despliega.
Con su tintero letras congrega
en la avalancha de sentimientos,
mientras regala bellos momentos
con la osadía de aventurera,
que nos ofrece la primavera
entre bondades y pensamientos.
Aimée Granado Oreña ©