¡Me detengo ante tu imagen majestuosa
y he sentido esta pasión maravillosa!
Eres bella creación, siento lo egregio
cuando admiro la emoción del sortilegio
y el torrente caudaloso cuyo arpegio
nos regala su deidad cual privilegio.
¡Tu cascada desafiante es seductora
siempre fluye en su aventura surtidora!
Venezuela se deslumbra primorosa,
es el salto que conduce al florilegio:
que presume su beldad inspiradora.
Aimée Granado Oreña ©