Tan leal se eleva sin más ataduras,
sabe sus enigmas viviendo sus duelos,
viene con su adarga mas en su revuelo
se aferra a ese espacio que vence las dudas.
Si el desasosiego surte sus injurias
llega la confianza con broquel de anhelos,
ella se contagia junto al fiel acierto,
no levanta muros, se expande y trasciende
pues es la esperanza la que intensamente
nos deja la impronta desafiando el tiempo.
Nos deja la impronta desafiando el tiempo
y al mostrar su esencia su rostro embellece,
congratula aquello que con fuerza impele
toda su osadía sin falsas ni miedos.
Vuelve junto al iris que ofrece el intento,
rompiendo el esquema de la hostil locura
por si en su litigio la añoranza ilusa,
se aferra al desvelo que no le intimida
ella entrega el alma que jamás claudica
pues leal se eleva sin más ataduras.
Aimée Granado Oreña ©