¡Enigma y pesadumbre en tu mirada
que añora esa locura recordada!
El iris de tus ojos entristece
se apaga entre sus lágrimas, fenece,
no puede desafiar lo que no crece
pues siente soledad cuando amanece.
Tristeza que consume, se sofoca
y junto a la agonía te provoca.
Nostalgia de tu esencia enamorada
surtiendo su diluvio permanece,
vaciando su torrente en cruenta roca.
Y es cierto que el temor te desenfoca,
te enreda en su falacia que castiga:
¡en tanto la añoranza te fustiga!
Aimée Granado Oreña ©