Confiando al universo lo indecible
preciso continuar mi derrotero,
buscando esa verdad sin juramentos
que pueda atestiguar a lo increíble.
Haciendo siempre frente en lo posible
a tantas divergencias, coyunturas,
que enferman, atropellan y torturan
y encierran entre rejas y barrotes,
lo más universal que no se esconde:
¡pues sabe vislumbrarse en su fortuna!
Pues sabe vislumbrarse en su fortuna
y al alba desnudar con la mirada
dispuesta, intransigente, sin palabras,
venciendo la oquedad que confabula.
Sin miedo a despojar toda censura
escucho mil razones con acierto,
dispongo de la luz del sortilegio
que llega en el versar de cada día,
en tanto lo esencial que no denigra
enciende una almenara en el consuelo.
Aimée Granado Oreña ©