En la cruda coyuntura ha de inspirar
mientras fluyen sin censuras los anhelos,
se asimilan las hazañas, tantos sueños
y el intenso desafío al caminar.
Se acumulan nuevas ansias al andar
que arremeten desafiantes sus pesares,
se estremece la nostalgia interminable
cuando llueve la tristeza en demasía
y se siente esa distancia que horripila
en la angustia solitaria y crepitante.
En la angustia solitaria y crepitante
de las horas entre aciagos que laceran,
abrazamos los desvelos, las promesas
y las causas que duplican los instantes.
Se entremezclan los matices delirantes
impregnando en cada imagen el denuedo,
mientras brilla la esperanza en el sendero
que no deja de esplender en su albedrío
y conecta lo esencial en el estío
que florece en su verdor al universo.
Aimée Granado Oreña ©