Y revela esa verdad que no se calla
que se llena del espíritu liberto,
entre tanto rompe todos los silencios
para alzar lo más genuino entre palabras.
Y se yergue sin censuras, tan lozana,
documenta la esperanza en los anhelos,
acaricia, los instantes, los recuerdos
para así traer la luz que amor irradia.
Es sublime ver lo bello desde el alma,
revivir lo cotidiano en el desvelo,
admirar en la bondad todo el esmero
que corteja el caminar que nos alcanza.
Hoy se abrazan los segundos en su alianza
con el tiempo que nos habla en su renuevo,
se alimentan tantas ansias en el ruedo
imponiendo el desafío en la distancia.
Se atesora ese milagro en la constancia,
nos unimos aplaudiendo al universo,
se compensa lo esencial que junto al credo
multiplica en su humildad toda abundancia.
Nos miramos sin tapujos, sin falacias,
vislumbramos el civismo en su revuelo
que en lo auténtico, en lo justo y sin rodeos
nos entrega vehemencia sin jactancia.
Aimée Granado Oreña ©