Melódicas estrellas
traviesas centellean,
le cantan a la luna
tonadas lisonjeras.
Requiebros que salpican
lisonjas como estrellas
y el polvo de las rosas
galantes coquetean.
Crisálidas celestes
eufóricas se muestran,
en danzas que estremecen
la primavera eterna.
Y brilla la esmeralda
fragante que despierta:
renuevo de esperanzas,
azares de promesas.
Cantares arrullando
la luna centinela,
que besa los amores
y admira sus quimeras.
Cantares suspirando
luceros y cometas,
senderos de azahares
cual templo de camelias.
Y brillan sus deidades
luciérnagas y estrellas,
con magia de la noche
melódica y excelsa.
Cantando sus amores
la diosa lisonjera,
hechiza con su arpegio:
la eterna primavera.
Aimée Granado Oreña©
Gota de Rocío Azul