Apresura su andar el final visionario,
no hay alquimia capaz que detenga al testigo
si se adueña el azar presuroso y amigo,
desafiando el ritual que condena al calvario.
Es letal el pesar de este tiempo corsario
agotado de amar recibiendo castigo,
tolerando el dolor de avatar enemigo
que flagela la paz cual abyecto sicario.
No será el corazón el frugal peregrino
ni el proemio vital del carácter cetrino,
si en la etapa final el rencor hace historia.
Y el oprobio sabrá del sofisma sangriento
fustigando rapaz la verdad y el talento,
expoliando en su andar cual justicia ilusoria.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul