Yo siento corazón que te desalma
la grieta del rencor que se confiesa
y exilia en el dolor que se profesa,
estigmas refugiados que dan calma.
Yo siento el nihilismo que perdona
incrédulo infecundo de sorpresa,
plagiar la falsedad en la promesa
cual yerma soledad que le abandona.
Y siento en el averno la codicia
errante y peregrina cual la sombra,
vagar la vastedad de su avaricia.
Destierra lo inasible que se asombra
del frágil corazón que se aniquila,
confeso del rencor que lo mutila.
Confeso del rencor que lo mutila
confina solitario la esperanza,
que arcana en el azar de la añoranza
se aferra a la utopía que vigila.
Se aferra a la utopía que vigila
la grieta del rencor que se confiesa,
incrédulo infecundo de sorpresa
del frágil corazón que se aniquila.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul