Conspira la quimera que genuina
esplende con su gracia iluminada,
cual musa que supera el fatalismo
y anima con su auténtica mirada,
si aún en el dolor del espejismo
susurra misteriosa su alabanza.
Ilesa una tonada amanecía
gimiendo su nostalgia acostumbrada,
bien sabe del poder de la añoranza
que entona en quejumbrosa melodía,
su falta de quietud conmocionada
y el eco agitador de una esperanza.
Renuncia la frugal melancolía
exigua en su aventura peregrina,
bien sabe del tropel y el misticismo
la notas que desbordan su ambrosía,
que aún en la escapada clandestina
nos dejan la virtud de su lirismo.
Testigo que eclosiona en fantasía
confeso en el albur de una romanza,
se inspira en el adagio cuando trina
el ínclito placer sin asechanza,
versando la quimera que genuina
e ilusa en su pasión amanecía.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul