Se despeña aquel intento conmovido
expirando la congoja que condena,
pues la oscura soledad parca le ordena
confinar sus anatemas al olvido.
En atávico sendero recorrido
va el intento que alucina y desordena,
el empeño vehemente que resuena
cual averno lacerado y confundido.
Se quebranta lo genuino en el flagelo,
cual azote consternado que estremece
el oasis esplendente de un anhelo.
Y despeña la malicia que fenece
en su pereza al desprecio que envilece,
exiliada en azaroso desconsuelo.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul