Soplo del viento, dulce la brisa
que se apodera de los caminos,
con la frescura de una sonrisa.
Trinan tonadas los peregrinos
que entre las ramas surten sin prisa,
los seductores cantos divinos.
Añil del cielo que al valle irisa
y en sus pinceles van clandestinos
magia y hechizos de pitonisa.
Acrisolando montes genuinos
brilla la musa que profetiza
diáfanos sueños: versos hialinos.
Soplo del viento, dulce la brisa,
trinan tonadas los peregrinos.
Añil del cielo que al valle irisa,
acrisolando montes genuinos.
Aimée Granado Oreña©
Gota de Rocío Azul
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