Llegamos plenamente a nuestro ocaso
luciendo nuestras ansias y desvelos,
los surcos que se marcan por el tiempo
dejando cicatrices a su paso.
Miramos con los ojos del pasado
las páginas tan llenas de memorias,
vivimos cada instante, cada historia,
seguros del sendero transitado.
Y besas con pasión nuestro silencio,
me halagas consintiendo mis espacios,
yo en tanto te acaricio en mi regazo
amando este placer que reverencio.
Mas siempre nos abraza la esperanza
llenándonos de anhelos y de sueños,
dispuestos al solaz del sortilegio
que sigue iluminando nuestra alianza.
Gallardo surtidor de mi parnaso
que inspira lo melifluo de mi lira,
tocando nuestra almas encendidas
que prenden nuestra hoguera en el ocaso.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul
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